Ian O'Connor es un personaje antagonista que aparece en Tomb Raider: The Series.
Historia[]
Antigüedad[]
Ian O'Connor fue uno de los dos hijos de Mulroony O'Connor, un poderoso cacique que gobernó desde su feudo, el Castillo Lotte, el condado de Offaly, Irlanda, durante el siglo XVI. Tras la muerte de su padre en 1563, Ian asesinó a su hermano para ser el legítimo heredero de su título y sus posesiones.
En algún momento, Ian consiguió hacerse con el Dolmen Esmeralda, un poderoso artefacto que dota del control sobre la vida y la muerte. Gracias a la piedra, Ian adquirió la inmortalidad y usó sin escrúpulos su poder para castigar a sus enemigos.
Su reinado de terror no conoció límites. Torturaba a sus prisioneros en las mazmorras hasta la muerte, y sus espíritus quedaron condenados a vagar por los pasillos del castillo. El espíritu de la hechicera a la que perteneció el Dolmen, también acudió al castillo para recuperarla, pero su búsqueda nunca halló éxito alguno.
Actualidad[]
Fruto de estos acontecimientos, el Castillo Lotte se convirtió en el lugar más fantasmagórico y peligroso del país. Los lugareños no se atreven a acercarse, pues nadie que halla entrado ha conseguido salir con vida. El único que está exento de su amenaza, es Dunleavy, el anciano amo de llaves y guarda de la fortaleza. Dunleavy sirve en secreto a Ian O'Connor, quien mantiene su existencia también en secreto.
Atraída por la leyenda del Dolmen Esmeralda, en 2004 Lara Croft llega al castillo dispuesta a hacerse con el artefacto. Con ayuda de su amigo Byron Owen, consigue que Dunleavy les guíe por la fortaleza, pero la expedición resulta ser una emboscada.
Lara intenta sortear la amenaza de la hechicera y de Dunleavy hasta encontrarse con el espíritu de una niña que la guía hasta el escondite del Dolmen Esmeralda. Cuando Lara se lo devuelve a la hechicera, Ian pierde la inmortalidad y viaja al mundo de los muertos con el resto de espíritus.